Limpieza de cavidades: retirada de restos del interior

Operación habitual que casi todos hemos realizado en algún momento es retirar vertidos localizados en cavidades y procedentes del exterior o abandonados por visitantes. En un medio con capacidad de asimilación muy reducida, los residuos pueden desestabilizar fácilmente el frágil medio, además de contaminar durante largo tiempos las aguas subterráneas.

Organización

Debido al gran volumen de residuos a gestionar, conviene coordinar la actividad con la autoridad ambiental y la mancomunidad correspondiente. Así, hay que prever:

  • Instalación de contenedores selectivos. Traslado y recepción en el punto limpio/ vertedero correspondiente.
  • Permisos de accesos con vehículos a zonas de acceso regulado

Riesgos y precauciones

Hay que analizar los riesgos para la seguridad y salud de los voluntarios:

  • Evaluación de riesgos: presencia de gases, líquidos corrosivos, material biológico en descomposición
  • Planificar la retirada en condiciones de seguridad
  • Establecer turnos de trabajo rigurosos
  • Elementos de seguridad:
  • Detectores de gases
  • EPI: mascarillas, gafas de seguridad, guantes duros, buzos desechables.

Especial importancia reviste el uso de buzos desechables, que, además de protegernos, impedirán que nuestra ropa de exploración se impregne de residuos que llevaremos a otras cavidades, sin quererlo. Y, con el mismo fin, insistiremos en que todos voluntarios deberemos limpiar concienzudamente toda nuestro material tras una limpieza.

Medidas complementarias

Aunque la sociedad es todavía, e inexplicablemente, refractaria a este tipo de iniciativas, debemos continuar en ellas, y dejar constancia, hasta hacerlo algo visible, cotidiano, necesario.

  • Cerramientos u obstáculos, que dificulten posteriores vertidos. Especialmente interesantes en zonas ganaderas son las vallas perimetrales, que impiden acercarse con vehículos a motor.
  • Instalación de placas u otra señalización, indicando que el enclave ha sido limpiado.