Rescate Iturritze 1991

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Alfredo, un compañero espeleólogo de Málaga, se puso en contacto con nosotros hace unos meses para señalarnos un error en el anuario de rescates de nuestra página web https://euskalespeleo.com/euskal-espeleo-laguntza-eel/anuario-de-actividades-y-rescates/ , concretamente sobre los participantes en el rescate de Iturritze 1991 (Aulesti, Bizkaia).

Lo que en un principio no era más que una pequeña enmienda motivó un intercambio de correos en los que pudimos recoger interesantes testimonios de algunos de los protagonistas del aquel rescate, que precisamente supuso un salto cualitativo en la estructura del EEL y su articulación con las unidades de espeleosocorro de diversos grupos profesionales de salvamento.  https://euskalespeleo.com/euskal-espeleo-laguntza-eel/historia-del-eel/

Así, estamos en condiciones de hacer un relato ampliado de lo que sucedió en Iturritze, gracias a las diferentes informaciones aportadas por Alfredo (Grupo Espeleológico de la Sociedad Excursionista de Málaga y TEDAX de Policía Nacional) y Gotzon (ADES Espeleologia Elkartea).

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Accidente en Iturritze 1991

El día 28 de diciembre de 1991, ocho miembros de ADES Espeleologia Elkartea (Gernika-Lumo, Bizkaia) realizan una expedición a la sima Iturritze (Aulesti, Bizkaia), en la que entran sobre las 11:00, con el objeto de realizar la topografía de la cavidad. Cuando se encuentran a unos -120 m de profundidad, progresan verticalmente por un pozo donde se produce un desprendimiento; alrededor de las 15:00, se desprenden varios fragmentos de roca que, pese al aviso de “¡Piedra!” golpean a tres espeleólogos. Tras quedar inconscientes durante un tiempo indeterminado dos de ellos vuelven en sí, no así el tercero, Gerardo Terratxet; al practicarle los primeros auxilios ven que ha sufrido un traumatismo craneoencefálico y una herida en el globo ocular derecho.

Se persona en el lugar Diego Dulanto (espeleólogo y médico anestesista), quien aprecia signos de fractura craneal en el herido y que, junto con un ATS y tres espeleólogos de ADES, acompañará al herido durante todo el rescate. Durante la noche sufre náuseas y mareos, y es estabilizado; por la mañana, en estado de euforia, el herido manifiesta que quiere salir por sus propios medios, pero el equipo médico no se lo permite.

A las 14:00 del día 29 comienzan las labores de desobstrucción. La dificultad principal se encuentra en la zona de entrada, donde existe una gatera seguida de un paso estrecho, ambos impenetrables para la camilla por lo que se planifica su ensanchamiento mediante microvoladuras.

El equipo de desobstrucción lo conforman cinco espeleólogos de las Federaciones de Granada y Málaga, entre ellos Bomberos y TEDAX-NRBQ de la Policía Nacional, trasladados desde Granada en un avión del Servicio Aéreo de Rescate hasta el Aeropuerto de Sondika; allá recogen los explosivos, y la Ertzaintza les transporta al lugar del accidente en varios viajes. Tras ser informados de la situación por el EEL, solicitan extractores de aire y equipos de respiración autónoma para que el herido y sus acompañantes no sean dañados por los gases de explosión. Un equipo de Bomberos vizcaínos será movilizado al efecto.

Los andaluces inspeccionan el lugar, y comienzan a preparar la roca para realizar dos voladuras; cuando llegan los bomberos y despliegan el extractor de aire, se realizan las detonaciones. Una vez despejado el lugar de gases, dos andaluces (Gerardo y Alfredo) descienden y amplían el trabajo a base de maza. La primera estrechez queda así ensanchada, quedando por resolver el problema de la gatera por la que la camilla no pasa, y que requeriría un largo trabajo de desobstrucción. Comunicándose con el médico al otro lado de la gatera, valoran la situación y deciden que, dado que el herido se encuentra mejor, van a ayudarle a franquear la gatera sin camilla, con lo que se acortará mucho el rescate. Así, Terratxet consigue pasar la estrechez hasta la base del último pozo, ya al aire libre. Al encontrarse mareado, se posiciona en sedestación para que descanse, mientras el equipo evalúa la situación considerando que lo más conveniente es subirle inmediatamente, pues no presenta aparentemente lesiones locomotoras, y volverle  a encamillar y realizar la maniobra de extracción del pozo de entrada con la camilla, prolongarán el rescate; además  está anocheciendo y el helicóptero de la Ertzaintza no tiene vuelo nocturno.

Así, el herido es asido directamente del arnés y se le iza mediante un polipasto con desviador accionado por al menos seis personas. Alcanza el exterior a las 19:53 del día 29. Reinando una temperatura extremadamente fría, se le encamilla, y se le baja por el monte hasta una ambulancia que espera en la pista Aulesti-Goierri-Txepetxabixe-Markina, en la cual esa misma noche se le traslada al Hospital de Basurto.

Terratxet permanece ingresado durante dos días, y se recupera bien de las lesiones, salvo la pérdida del sentido del olfato que sigue presente en la actualidad. Los miembros del ADES agradecen el interés de Alfredo, y no olvidan el servicio que junto con sus compañeros les prestó en su día.

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Historia del equipo de desobstrucción que intervino en Iturritze 1991

A principios de la década de 1980 se firmó un convenio entre Protección Civil y la Federación Española de Espeleología, por el cual en caso de accidente espeleológico o similar, sería la Federación Nacional la encargada del rescate contando con las infraestructuras y medios de Protección Civil. La Federación Nacional hizo un reparto de funciones entre las distintas Federaciones Regionales y a la Federación Andaluza le correspondió la desobstrucción, interviniendo en caso de derrumbe o estrechez al tener el herido que salir en camilla rígida.

Un grupo de espeleólogos de las dos federaciones se puso en contacto con Alfredo (TEDAX-NRBQ de la Policía Nacional), a quien le pareció interesante la propuesta. Éste solicitó autorización a su Dirección General para colaborar con estos espeleólogos, recibiendo respuesta afirmativa. Así, al formar parte de este equipo se suavizaron las estrictas restricciones relativas al manejo, transporte y uso de explosivos, y comenzaron a reunirse cada dos o tres meses para hacer prácticas con microcargas explosivas en canteras con distintos tipos de rocas, al tiempo que Alfredo aprendía las técnicas de progresión vertical. Una vez adquirida práctica en microvoladuras, este equipo realizó simulacros en cavidades con resultados positivos.

En septiembre de 1989, este equipo de desobstrucción intervino en la Sima G13 de Picos de Europa para el rescate de un espeleólogo polaco herido, donde también participó el EEL –uno de cuyos miembros, por cierto, le prestó su buzo a Alfredo, quien quiere hacerle llegar su agradecimiento-. En el transcurso del mismo efectuaron veintiséis microvoladuras, para acondicionar veintiún metros de meandros en horizontal y seis metros en vertical. Éste fue el primer rescate espeleológico en España donde se usaron microvoladuras con alto explosivo, siendo el resultado positivo; la segunda ocasión fue en Iturritze.

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